1 de diciembre de 2009



Sopla las velas ya y vamos a charlar un rato.
Tenemos que volver a Toulouse, papá, quizá este verano.


3 comentarios:

Dara dijo...

yo conocí a un gato que se llamaba Toulouse, y curiosamente, no le gustaba nada la ciudad.



ronroneo

Anónimo dijo...

El viento que agitaba la cebada.

Antía Van Weill dijo...

Me encanta esta entrada.
Felicidades, y la foto es entrañable, como tú!