12 de marzo de 2010

Hoy me acordé, me acordé de todo, papá. Me acordé del Hospital del Mar, de su cristalera al fondo, de los ladrillos de los edificios de la Barceloneta. Me acordé del trompetista de la plaza, de aquel compañero tuyo de habitación para el que la vida no era suficiente. Tampoco para mí lo era.
Y también del desfile de caras tristes que venían cada día con la excusa de charlar contigo un rato, a un lado de la cama, pero ya todos sabíamos que aquéllo no era más que una despedida. Y tú sonreías...
Nunca va a haber nadie igual de valiente que tú, papá.
Y me acuerdo de mamá poniendo el disco de Georges Moustaki, quizá así lograríamos acallar el llanto... porque yo aquel lunes lloré todas las lágrimas que nunca creí tener dentro. Llevaba puesta la camiseta de los Beatles, la que me regaló el chico que tanto te gustaba, papá...
Y tus cosas... tan tuyas, tan preocupado porque fuesemos felices siempre, tan como tú eras. Nunca pude imaginar lo importante que eras para el resto del universo hasta que te fuiste y todos quisieron homenajearte. Eras mi papá. Eres mi papá. El que me llevaba a A Guarda a comprar hilos para mis pulseras porque en Goián no había tiendas de eso. Y te preguntaba qué color te gustaba a ti. El amarillo, siempre elegías el amarillo.
Papá te fuiste y aún quedaban demasiados sitios a los que tenías que llevarme a hacer fotos. Echo de menos que vuelvas de un paseo y me digas "hoxe, Améndoa, hoxe vin unha foto... temos que ir un día que vaia un sol coma este...".
Hoy me acordé de lo delgadito que estabas. Y de que cada día estabas más delgadito. Y de que al final no podías hablarme ya... y yo no podía abrazarte mucho porque estabas tan delgadito...
Y un día me fui al cole y cuando volví ya no me hablabas ni un poquito, papá.

Papá, te echo de menos, quiero hablar contigo. Ven un ratito, papá, aunque estés tan delgadito que no pueda abrazarte... pero hablamos un ratito, papá, o me sonríes o te sonrío...
Ven, papá, ven un ratito...

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Ojalá esta vez pudiese decir algo, pero ya está dicho.
Amarillo.

arume dos piñeiros dijo...

Un beso, Serendipia. Tienes que venir a comer esos spaghetti. Dime día y hora. Pero tienes que traer tu cámara de fotos. Tengo un mandil que te va a gustar. Otro beso, Serendipia. Un millón de besos, Serendipia.

Clementine dijo...

Dios, acabo de llorar.
Ese también era mi papá, cada dia mas delgadito, el que quería que fuera la más feliz del mundo y cada día lo sigue intentando desde el cielo.
Gracias por tus palabras, de verdad.
Un beso

Albademadrugada dijo...

nadie tan valiente como él, ni nadie tan valiente como tú.
eres enorme Amanda, no te olvides

:_

euge* dijo...

siempre va estar, sí cliché... pero nadie puede poner en duda la gran huella que dejó en vos.

Por lo menos tuviste la dicha de conocerlo y saber que la vida hubiese sido muy distinta sin él en ella, y vos también.

Ánimo Amanda, siempre te acompaña, más allá de lo que uno pueda percibir diariamente con los ojos y la piel.

Sir John More dijo...

Dicen que ante la muerte la vida pierde para nosotros su sentido, pero ¿puede haber algún lugar con más vida que algunas muertes? No se van, ni mucho menos... Un beso.

Dara dijo...

es la primera vez en mi vida que algo en un blog me llena los ojitos de agua.


pd: yo también habría elegido amarillo.

flauteta dijo...

ltaron las lágrimas, ellas solas, sin previo aviso.
Besos en días como éste!

l dijo...

"No hay extensión más grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuros, y siento más tu muerte que mi vida"

Paz dijo...

et nous ferons de chaque jour toute une éternité d'amour



te entiendo, y te abrazo.