Estoy cansada y las noches que esperan cada vez son más largas. Ojalá fuese verano y planeásemos hacer aquel viaje de costa a costa con el que sueño a veces. Mi mano colgando sobre la ventanilla y tu riéndote del desierto.
Huele a gasolina y te pellizco. La abuela dice que si vives con miedo a equivocarte terminas muriéndote por dentro. Entonces, me pide un trozo de chocolate y enciende la tele porque va a empezar la novela en la que aparece ese boxeador tan tonto.
Yo me duermo con los pies debajo de un montón de cojines.
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4 comentarios:
yo siempre he querido una road movie.
la única forma de averiguar si la abuela tiene razón, es hacerle caso :)
con los pies calentitos...
si te ríes del desierto se enfada y te devora cuando menos te lo esperas. bien lo sabré yo.
sonrisa
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