Una gota de lluvia aterriza en tu hombro. Otra. Es como una primavera más larga de lo normal. O quizá tan solo sea que olvidé arrancar la hoja de mi calendario. Sigues tapándote cada vez que te ríes porque te da vergüenza que piense que eres feliz. Y yo me callo y asiento porque nunca me gustaron las dudas.
Magia. Son dos sílabas y un diptongo. O mil doscientos veintisiete latidos conservados en un bote de esos para guardar la canela. Me guiñas un ojo y yo te guiño el otro porque acabamos de pensar a la vez que la palabra hiato tiene un diptongo escondido. Me río a carcajadas mientras pongo cara de enfado. Me pierdo. Me buscas. Te encuentro. Dices algo así como “menos mal, pensaba que te había perdido”. Vaya tontería- pienso yo.
Nos callamos porque ya no sabemos que decir. Te das la vuelta. Dos gotas de lluvia echan una carrera a lo largo de tu brazo.
3 comentarios:
Como decía la película: "¿No los odias?, ¿esos silencios incómodos? ¿Por qué necesitamos decir algo para rellenarlos? Es por eso que sabes que has encontrado a alguien especial. Puedes estar callado durante un puto minuto y disfrutar del silencio."
Precioso.
Hiato esocnde a su diptongo, digamos que tiene miedo de descubrir la verdad.
(: qué tal ese verano? Pronto acampada, estarás? (:
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