17 de diciembre de 2008

Hoy, a las cinco, me vacié. Merendé y seguía vacía. Merendé más y seguí vacía. Me compré una bolsa enorme de chucherías de las que dan dolor de tripa y seguía vacía.
Acabo de cenar. Y ¿a que no imaginais qué?
Sí, sigo vacía.

4 comentarios:

Dara dijo...

Está haciendo sitio, sin darse cuenta, para algo que llegará y se meterá dentro. Algo que conforta.



Miau

R. dijo...

Ese vacío no era hambre precisamente.No.


Es un vacío de los que te pesan en el esternón como si te hubieras tragado una bomba de aire.

Anónimo dijo...

Prueba con las cortezas de cerdo, no es alimento del alma pero te dejan una sensación de plenitud en el estómago. UN saludo

.Amazonica dijo...

ese enorme vació en el pecho...
me pregunto que sera capaz de llenarlo...
lindo blog :)
un beso ^^