13 de noviembre de 2011



quién nos lo iba a decir, compañero
después de los deseos de escapar
de los gritos y los papeles arrugados
de las madrugadas buscando palabras aleatorias en diccionarios
que nunca lográbamos entender del todo
y para las que simplemente imaginábamos significados estúpidos
como aquella vez: calamitaeróstato,
quién nos iba a decir a nosotros
los que al fin pudimos irnos
que todo lo que dejábamos atrás se nos aferraría
a la cintura
y se subiría por nuestra espalda hasta movernos el pelo
de un soplo frío
quién nos iba a decir entonces
cuando poco o nada importaba hablar
que ese lastre nos haría caminar y recorrer otras calles
igual de despacio que aquéllas

1 comentario:

euge* dijo...

Me encanta entrar a tu blog tras un largo tiempo de ausencia y ver que lo mantenes actualizado, y que tu esencia sigue intacta.
Abrazo trasatlántico, como siempre digo.