25 de febrero de 2015

Es tan recurrente hablar de lo que no tengo.
¿La vida del poema es esto?

Ayer vi a jugar a los niños
entregarse la mano en movimientos imperfectos.
Y sin embargo el amor era aquél.
Y sin embargo el gesto,
ese acuerdo espontáneo y tímido.
Entonces lo supe y fue tan claro
y la herida fue un cuchillo hundiéndose en la carne.

No sufro ahora que hablo de lo que no tengo.
Si la vida me enseñó alguna cosa fue a esto.

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